Ruptura de las paredes de la vagina y el perineo
El daño a la vagina y al perineo se observa con bastante frecuencia, a pesar de numerosas medidas para su prevención. En el trabajo de parto espontáneo, se producen desgarros debido al estiramiento excesivo de los tejidos durante el paso de la cabeza fetal. Las lagunas se observan con mayor frecuencia en la erisipela con perineo alto, vagina estrecha, cicatrices y cambios inflamatorios en el tejido, con el paso rápido de la cabeza fetal a través de los tejidos de la parte inferior del canal del parto. Las lágrimas violentas son el resultado de operaciones de parto, en las cuales la cabeza del feto pasa rápidamente a través de los tejidos blandos del canal de parto. Los espacios pueden ser lineales e irregulares, en forma de estrella. Un espacio especial está ocupado por el espacio central del promegasti, cuando la vagina y el tejido perineal entre el esfínter y la parte posterior de la rotura se rasgan. Hay tres grados de daño perineal. El primero incluye la ruptura de la membrana mucosa de la vagina, la piel y el tejido subcutáneo, el segundo, la ruptura del tejido muscular (mm. Porinei superficialis et profundo, bulbocavernoso, centrum tendinoum), las piernas de m pueden dañarse parcialmente. levatoris ani. Con una ruptura de tercer grado, el esfínter y el recto están dañados. Si solo hay daño en el esfínter, lo atribuimos a una ruptura incompleta del tercer grado. Las lágrimas perineales se suturan poco después del parto bajo anestesia de infiltración de novocaína. Primero es necesario extirpar los bordes de la herida y compararlos correctamente. Con una ruptura de tercer grado, primero se sutura el intestino, luego el esfínter y los músculos del perineo. Con un cuidado aséptico cuidadoso de la herida perineal, la curación intencional primaria se observa en 88-95% de las mujeres. Los intentos de prevenir las rupturas del cuello uterino y el perineo durante los nacimientos espontáneos aún no han tenido éxito, porque en situaciones obstétricas hay una situación que es muy difícil o imposible de cambiar (feto grande, cuello uterino rígido, parto intenso, perineo alto, inserciones extensoras de la cabeza, presencia de cicatrices en el cuello uterino y en el área del perineo). Sin embargo, siempre se puede prevenir un daño significativo o severo, dada la posibilidad de que ocurra. Una sección del perineo, como regla, evita la inmensidad de la brecha y su transición al intestino delgado. En este sentido, se debe preferir la episiotomía sobre la perineotomía.